La lactancia materna a demanda es la recomendación universal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y múltiples sociedades pediátricas internacionales. Esto significa amamantar cuando el bebé lo solicite, sin limitar el tiempo ni espaciar forzosamente las tomas. Durante los primeros meses de vida, el bebé puede alimentarse entre 8 y 12 veces en 24 horas, ya que su estómago es pequeño y la leche materna se digiere rápidamente.
La lactancia frecuente estimula la producción de leche al desencadenar la liberación de oxitocina y prolactina, hormonas responsables de la producción de leche y expulsión. Además, favorece el vínculo afectivo y la seguridad emocional del bebé.
Las tomas pueden variar en duración, con un promedio de 10 a 20 minutos por pecho, aunque algunos bebés pueden comer más rápido o tomar más tiempo, especialmente durante brotes de crecimiento o cuando requieren consuelo emocional. Es importante que la madre permita que el bebé decida el ritmo y duración de las tomas para evitar problemas como el dolor o baja producción.