Evaluar si un bebé está bien alimentado va más allá de la cantidad de leche tomada. Los indicadores clínicos que se usan en la práctica médica son:
- Cantidad de pañales mojados y sucios: Un bebé bien alimentado suele mojar al menos 6 pañales en 24 horas y evacuar de forma regular.
- Aumento ponderal adecuado: Ganancias de peso progresivas y constantes en controles pediátricos.
- Comportamiento después de las tomas: Bebé tranquilo, satisfecho y con periodos de sueño normales.
- Succión efectiva: Movimiento rítmico de mandíbula, labios eglutorios, y sonidos de deglución audibles.
Si se detectan dudas en alguno de estos puntos, es importante consultar con un especialista en lactancia para asesoría sobre posiciones, técnica de agarre y vaciamiento completo del pecho, lo cual garantiza que el bebé reciba suficiente leche y la madre mantenga una producción adecuada.