El dolor leve en los pezones es un síntoma relativamente frecuente en las primeras semanas y puede deberse a factores como adaptación a la succión, posiciones incorrectas o infecciones leves. Sin embargo, un dolor intenso, persistente, o acompañado de grietas y sangrado indica la necesidad de una evaluación profesional.
Para prevenir el dolor, se recomienda:
- Asegurar un agarre correcto, donde el bebé toma una porción amplia de areola, no solo el pezón.
- Evaluar las posiciones de lactancia, procurando comodidad para la madre y accesibilidad para el bebé.
- Mantener buena higiene y cuidados del pezón, evitando productos irritantes.
En casos de dolor severo, se puede requerir tratamiento con cremas específicas, revisiones para diagnóstico de candidiasis o frenillos restrictivos en el bebé que dificulten la succión, y ajustes en la técnica. El seguimiento por un experto en lactancia es fundamental para proteger la salud materna y asegurar la continuidad de la lactancia.